¿Cómo impactó la pandemia en niñas, niños y adolescentes vulnerados en Argentina? Esa pregunta motivó el trabajo del Colectivo de Infancias de Argentina que entrevistó a casi de 600 chicas y chicos de distintas provincias para preguntarles si sufrieron violencia sexual durante el aislamiento, si tuvieron problemas de conectividad para seguir las clases digitales, si pasaron hambre, incomodidad con los demás miembros de la familia o violencia. Les preguntaron si pudieron divertirse, porque reírse también es un derecho humano.
“El objetivo central es conocer a partir de la voz de niñas, niños y adolescentes del país cómo los habían afectado las medidas de aislamiento social dictadas por el Estado para poder proponer alternativas para diagramar políticas públicas”, comentó en la presentación Fernanda Marchese, directora de Abogadas y Abogados del Noroeste Argentino en Derechos Humanos y Estudios Sociales (Andhes), que junto a Crecer Juntos fueron las asociaciones tucumanas que formaron parte de la veintena de colectivos que participaron. La coordinación del proyecto estuvo a cargo de la abogada tucumana especialista en Derechos Humanos Florencia Vallino, de Andhes.
El relevamiento se dispuso a través de seis ejes: acceso a la salud, a la educación, al ocio y recreación, a una vida sin violencias, impacto en migrantes, efectos en niñas y niños con referentes privados de la libertad.
575 niñas, niños, jóvenes y adolescentes de 16 provincias fueron entrevistados por Unicef
“Si bien la evidencia recogida hasta la fecha indica que la enfermedad no impacta de la misma forma en niños que en adultos, los impactos de las decisiones tomadas para responder a la pandemia sí están teniendo fuertes y serios efectos en la vida de niñas, niños y adolescentes”, comentó Luis Pedernera, presidente del Comité de los Derechos del Niño de la ONU. Apuntó con dureza al corset bajo el que se tomaron las medidas de prevención de contagio de la covid-19: “La impronta etnocéntrica de las decisiones, en particular de la cuarentena, en el sentido de que partieron de la base de un modelo de niños con necesidades básicas satisfechas, familia con casa, patio y conectividad. Se perdió de vista que vivimos en la región más desigual del planeta y que no sólo tenemos un modelo de infancia que fue la fuente para la toma de decisiones”. Pedernera insistió que quedaron fuera las miradas pedagógica, educativa y recreativa a la hora de tomar medidas. La postura quedó plasmada con la intervención en la presentación por zoom por Fermín Trucco, uno de los jóvenes que participó del trabajo: “en la escuela nos mandan tareas pero no nos preguntan si estamos vivos”.
Los valores de conectividad marcaron un fuerte cariz machista: si bien el 89% contestó que cuenta con algún dispositivo para acceder a la tecnología (el 56% lo hace desde un celular), el 78% comparte ese dispositivo con otros familiares. Aunque el porcentaje de niñas, niños, adolescentes y jóvenes sin acceso a internet es del 3% en el país, en el NOA asciende al 13% y en los migrantes, al 14%. Entre quienes dijeron que no tienen internet, el 76% son niñas y mujeres. A la hora de las tareas, el 51% dijo que sólo hace algunas tareas: las que entiende o las que tiene tiempo de hacer. El 70% contestó que se sintió sobrecargado.
Del total de entrevistados, el 24% había realizado sólo una comida principal el día previo a la consulta. El 9% sólo tuvo comidas secundarias o ninguna. El 16% se quedó con hambre.
32% recibe viandas de comida de alguna organización para poder alimentarse
En el apartado sobre violencia, las peleas familiares y la falta de privacidad fueron apuntadas por los entrevistados. A la hora de consultar sobre violencia digital, del 12% que manifestó sufrir alguna agresión en redes sociales, la mayoría fueron mujeres: el 81%. El 64% no conocía de la existencia de la línea telefónica de ayuda a niñas y niños: 102.
En cuanto al ocio, cocinar fue nombrado por el 46% de las mujeres y el 21% de los varones. Las actividades en dispositivos tecnológicos (ver series, jugar con consolas o por el celular) fueron señaladas por el 27% de las mujeres y por el 73% de los varones.
En la población migrante, una de cada dos niñas, niños y adolescentes padeció una situación de discriminación desde que está en Argentina. La mayoría de esas situaciones se dieron en la escuela. El 14% no tiene internet. Nueve de cada 10 referentes de las familias monoparentales en contextos de movilidad y pobreza son mujeres.